¿Un perro en el que no observamos artrópodos puede padecer una enfermedad vectorial?

Los artrópodos tienen especial importancia en la medicina veterinaria.

Muchos, son capaces de producir patologías en el hospedador, derivadas de sus acciones patógenas. 
Algunos afectan temporalmente al hospedador, para alimentarse sobre él, como es el caso de garrapatas, moscas, mosquitos o pulgas; mientras que otros, como los productores de las sarnas ( Sarcoptes, Otodectes, Demodex, entre otros), completan sobre el hospedador parasitado, todo su ciclo biológico.

Sin embargo, la relevancia de algunos artrópodos, no deriva tanto del potencial poder patógeno, sino, de todos los agentes infecto-contagiosos que pueden transmitir; entre los que se encuentran, los parásitos.

Todas las enfermedades producidas como consecuencia de un contacto artrópodo-vector, se conocen como enfermedades vectoriales; aunque dentro de ellas, algunos autores las clasifican dependiendo del artrópodo encargado del papel vectorial.

Hace unos días, tuvimos un perro, que presentaba una de estas enfermedades vectoriales. El animal había sido adoptado en Valencia y los propietarios hacía poco más de un mes, que habían venido a Madrid a vivir.

Tras la anamnesis y exploración física del animal, en la que los propietarios describieron intolerancia al ejercicio prolongado y presencia de tos, y a la espera de los resultados laboratoriales pedidos: analítica y bioquímica; se decidió realizar una extensión de sangre en gota gruesa, bajo la sospecha de tratarse de una dirofilariosis, el cuadro clínico presente en el perro.
Tras realizar dicha extensión, se observaron sin ningún problema, las microfilarias en movimiento que se pueden ver en el vídeo.



Pero, aún faltaba por establecer el diagnóstico etiológico. Los perros, pueden verse afectados por distintas filarias Dirofilaria immitis, D. repens, Acanthocheilonema reconditum, A. dracunculodies o Cercopithifilaria grassii.  

El hecho de que el animal presentara microfilarias en sangre circulante, no significaba en ningún caso, que no pudiera presentar una parasitación mixta por varias especies de microfilarias o que, la especie presente fuese D. immitis, cuyas consecuencias clínicas pueden ir desde un cuadro leve con presencia esporádica de tos a poder producir la muerte del animal en los casos más graves por síndrome de la vena cava.

Por estos motivos, se decició establecer un diagnóstico etiológico, que permitiese identificar qué especie o especies de filarias afectaban al animal.

Si bien, existen diferencias morfométricas entre las distintas especies de microfilarias, es muy difícil su diferenciación utilizando estas características. Por este motivo, nosotros establecimos el  diagnóstico etiológico, mediante el método histoquímico de fosfatasas ácidas, que permite por distinta distribución somática de actividad de la fosfatasa ácida reconocer el agente etiológico. Se realizó también, una PCR, que confirmó, mediante la observación del patrón de distribución de actividad de la fosfatasa ácida que nuestro paciente solo estaba parasitado por la especie: Dirofilaria immitis.

Cabe destacar que como métodos de diagnóstico rápido, económico y fácil, tenemos disponibles en el mercado, distintos kits comerciales, que diagnostican exclusivamente D. immitis o bien kits que diagnostican varios agentes etiológicos responsables de otras enfermedades vectoriales.

De forma que, en animales como en el caso anterior, cuya procedencia, no era conocida por haber sido adoptado hacía poco tiempo, no fue una mala idea utilizar uno de estos kits para tratar de evidenciar si además de esa presencia de microfilarias en sangre periférica tenía otra enfermedad vectorial.

Esta decisión se tomó sabiendo que, en países como España, la incidencia de estas enfermedades vectoriales, si bien, varía dependiendo del área geográfica estudiada y otros factores, como factores del hospedador; es frecuente que nuestros animales, puedan padecer las consecuencias de los patógenos transmitidos por vectores, que en algunos casos, pueden completar su ciclo durante todo el año.

En nuestro caso, utilizamos el kit QUATTRO de urano®vet, que detecta D. immitis, L. infatum. E. canis y A. platys que corroboró los resultados obtenidos en relación a D. immitis, siendo negativo a los otros tres agentes infecto-contagiosos.







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